El programa BALANZA fue concebido con la idea de ayudar al alumnado de primaria, y en particular con necesidades educativas especiales, a usar adecuadamente las unidades de peso más usadas en la vida cotidiana (Kg. 1/2Kg. y 1/4 de Kg.). Está claro que en el comercio cercano no se habla de decigramos, ni de centigramos... Lo habitual es: Ponme kilo y medio de tomates, tres cuartos de kilo de zanahorias, etc.
Pues bien, aprovechando una vez más la infinita paciencia de la computadora, diseñé el programa con determinadas particularidades y determinadas restricciones. Al alumno se le presentaba una balanza en la que un platillo estaría vacío, mientras en el otro aparecería una caja cuyo contenido podía pesar entre 1/4 de Kg. y 9 Kg. El programa contemplaba la posibilidad de la "doble nomenclatura", por ejemplo 2Kg y 3/4 o también 3Kg menos 1/4. El usuario disponía de pesas de Kg. de 1/2Kg. y de 1/4 de Kg. En función del peso de la caja elegiría el número adecuado de pesas de cada tipo para nivelar ambos platos.
Para cada ejercicio se disponía de tres elecciones (número de pesas de Kg, de 1/2 y 1/4). Terminada la tercera elección, se ofrecía el resultado de la evaluación (Correcto, Faltan pesas, Sobran pesas). Precisamente en este punto aparecieron las críticas, pues se argumentaba que el comportamiento de la balanza no era "real" en determinadas ocasiones. Por ejemplo, si la caja hubiese pesado 1/4 de Kg y el alumno hubiera seleccionado una pesa de Kg. en primera elección, la balanza no se vencía hacia el plato de las pesas en ese instante, y aún faltaría por seleccionar pesas de 1/2Kg y de 1/4 de Kg. Eso era absolutamente cierto pero, no era menos cierto que, durante la validación del programa, algunos alumnos comenzaban seleccionando pesas de 1/4Kg e iban aumentando su número, luego seleccionaban pesas de 1/2Kg e iban aumentando su número hasta que nivelaban la balanza. Pero no estaban razonando. Habían encontrado un punto débil del programa y a veces necesitaban entre 14 ó 15 intentos para hacer una pesada correcta. La solución fue la mencionada, o sea, tres elecciones y evaluación. Si sobraban o faltaban pesas, actuaban las rutinas de quitar o añadir. En función del número de intentos para hacer una correcta pesada se emitía un mensaje de refuerzo (Muy bien; Puedes hacerlo mejor...).
Como he dicho en anteriores entradas relacionadas con estos programas educativos, hoy son piezas de museo. Es absurdo compararlos con los que actualmente se confeccionan. Carecen de nivel. Pero en su momento resultaron de una utilidad tremenda, pues no había nada semejante disponible en los colegios.
En el vídeo os muestro cómo se comportaba BALANZA.
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